Un chozo en la sierra



Hace ya muchos años, pero muchos, los pastores debían moverse buscando pastos frescos para su ganado. En verano se trasladaban a la sierra que era el único sitio donde aún crecía hierba verde. A lo mejor estaban dos meses o más fuera de sus hogares y se trasladaba toda la familia junto al ganado. Para poder dormir, el pastor construía un chozo que era donde vivía, comía, cocinaba y hacía la vida la familia.





No eran exactamente así, pero este verano me harté de ver a mis hijos jugar con una cabaña echa con uralita toda oxidada y puse manos a la obra.




En los originales la base era de piedra hasta medio metro de altura. Pero en lo demás, son iguales. La Sierra de Gredos estaba plagada de este tipo de edificacaciones que duraban años y además servían de refugio para todo aquel que lo necesitara.




En esta ocasión recogí troncos de árboles ya caídos (muy ecológico yo) y recogí durante tres días calabones serranos (en otros sitios se llaman retama). Son especiales porque al secarse no se deshacen, sino que se compactan de tal manera que no entra el agua.

Comentarios

  1. es una pena que lo hayan roto, a ver si haces otro =), un beso.Maricarmen

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